Con motivo de su XIX Aniversario la Banda de Música de Montilla ofreció su tradicional concierto, que en esta ocasión estuvo dedicado al inmortal compositor Wolfgang Amadeus Mozart, sumándose al homenaje que éste recibe durante el presente año por el 250 aniversario de su nacimiento. Dentro de un atractivo programa, en este homenaje se interpretaron, además, obras de otros compositores, entre ellas "Sinfonía de los Juguetes" de su padre Leopold Mozart, "Nada y Mucho" de Arriaga, conocido como “ el Mozart español” y, para cerrar el concierto, "Overtura Festiva" del compositor ruso del pasado siglo XX, Shostakovich.
Escoger unas cuantas obras del genio salzburgués es muy complicado pues todas ellas son de un alto nivel al conjugar hábilmente calidad y belleza. Máxime cuando la encargada de llevarlo a cabo es una formación como la banda de música, con sus características tímbricas y dada la dificultad interpretativa inherente a unas obras compuestas para orquesta de cuerda, a lo que habría que sumar la escasez de partituras de calidad arregladas para banda de éste compositor; si bien cada vez más se tiene en cuenta a estas formaciones musicales, como son las bandas de música, como difusoras de la música de autores de los considerados difíciles de interpretar, y, afortunadamente el panorama actual esta cambiando y cada vez son más los compositores contemporáneos que las tienen en cuenta para experimentar y difundir sus obras.
Hablaré de algunas de las obras interpretadas y de mis impresiones del concierto.
Del Quinteto para Clarinete en La Mayor K 581 de W.A. Mozart. Primeramente habría que decir que el clarinete fue uno de los instrumentos preferidos de Mozart, de él apreciaba su delicado sonido y la facilidad de ornamentación, debido a su rico registro que se asemejaba en su opinión a la voz femenina.
Este Quinteto para clarinete representa la cima, no solo del repertorio para clarinete sino también del género de música de cámara. Escrito al final de la vida del compositor encarna la madurez, la profundidad y la experiencia.
Obra inspirada en el clarinetista Antón Stadler, intimo amigo del compositor, si bien escrito para clarinete di bassetto afinado en La, un instrumento con un registro ampliado, que le facultaba a descender a zonas más graves de la tesitura, al no conservarse manuscrito las ediciones posteriores eliminaban esas franjas con lo que facilitaban la labor de los clarinetes modernos con los que se interpreta actualmente, en tonalidad de Sib, como tuvimos la ocasión de escuchar a cargo de nuestra compañera María Luisa Hidalgo Herrador que nos deleito con el II movimiento con un buen resultado y una interpretación suave y luminosa, con una coloración oscura que realzó poéticamente el maravilloso Larhetto. En este movimiento el clarinete dialoga con los demás instrumentos, de cuerda en su versión original, en esta versión arreglado para maderas, y, en otras ocasiones se funde con ellos.
En cuanto al Concierto para Trompa nº 3 en Mib Mayor K.447, cabría decir que los conciertos para trompa de Mozart fueron escritos durante su periodo en Viena y están relacionados con un virtuoso trompista amigo de la familia. El padre de Mozart pidió a su hijo que compusiera un concierto para él. Mozart escribió 4 conciertos para trompa.
Escoger unas cuantas obras del genio salzburgués es muy complicado pues todas ellas son de un alto nivel al conjugar hábilmente calidad y belleza. Máxime cuando la encargada de llevarlo a cabo es una formación como la banda de música, con sus características tímbricas y dada la dificultad interpretativa inherente a unas obras compuestas para orquesta de cuerda, a lo que habría que sumar la escasez de partituras de calidad arregladas para banda de éste compositor; si bien cada vez más se tiene en cuenta a estas formaciones musicales, como son las bandas de música, como difusoras de la música de autores de los considerados difíciles de interpretar, y, afortunadamente el panorama actual esta cambiando y cada vez son más los compositores contemporáneos que las tienen en cuenta para experimentar y difundir sus obras.
Hablaré de algunas de las obras interpretadas y de mis impresiones del concierto.
Del Quinteto para Clarinete en La Mayor K 581 de W.A. Mozart. Primeramente habría que decir que el clarinete fue uno de los instrumentos preferidos de Mozart, de él apreciaba su delicado sonido y la facilidad de ornamentación, debido a su rico registro que se asemejaba en su opinión a la voz femenina.
Este Quinteto para clarinete representa la cima, no solo del repertorio para clarinete sino también del género de música de cámara. Escrito al final de la vida del compositor encarna la madurez, la profundidad y la experiencia.
Obra inspirada en el clarinetista Antón Stadler, intimo amigo del compositor, si bien escrito para clarinete di bassetto afinado en La, un instrumento con un registro ampliado, que le facultaba a descender a zonas más graves de la tesitura, al no conservarse manuscrito las ediciones posteriores eliminaban esas franjas con lo que facilitaban la labor de los clarinetes modernos con los que se interpreta actualmente, en tonalidad de Sib, como tuvimos la ocasión de escuchar a cargo de nuestra compañera María Luisa Hidalgo Herrador que nos deleito con el II movimiento con un buen resultado y una interpretación suave y luminosa, con una coloración oscura que realzó poéticamente el maravilloso Larhetto. En este movimiento el clarinete dialoga con los demás instrumentos, de cuerda en su versión original, en esta versión arreglado para maderas, y, en otras ocasiones se funde con ellos.
En cuanto al Concierto para Trompa nº 3 en Mib Mayor K.447, cabría decir que los conciertos para trompa de Mozart fueron escritos durante su periodo en Viena y están relacionados con un virtuoso trompista amigo de la familia. El padre de Mozart pidió a su hijo que compusiera un concierto para él. Mozart escribió 4 conciertos para trompa.
La trompa tiene un lugar muy importante en la banda ya que contribuye, junto con otros instrumentos, a darle su característica coloración oscura. En este Concierto se interpretaron el IIº movimiento Romanza, Larguetto y el IIIº Rondó, Allegro, sobre una partitura arreglada para banda, por el solista Gabriel Córdoba Luque, profesor Superior de Trompa por el Conservatorio de Córdoba y virtuoso componente de la Banda de Música, que en todo momento mostró unas buenas condiciones de dominio y una excelente técnica, emergiendo de su instrumento un sonido brillante y expresivo.
Nada y Mucho, capricho sinfónico de Juan Crisóstomo Arriaga, escrito cuando éste apenas contaba con 11 años, compositor español colateral, es el complemento ideal que nos puede servir de introducción a Mozart, y que apenas vivió 20 años, para algunos mal llamado “El Mozart español” ya que según su opinión solo compartía con él una temprana y trágica muerte. Con esta obra cuyo comienzo nos sorprende con acordes solemnes, melodias expresivas y cuyo segundo tiempo tiene un aire más melódico, se interpretó con el ánimo de rememorar el entorno del compositor universal, junto con la de Leopold Mozart, padre de Wolfgang que nos legó su deliciosa “Sinfonía de los Juguetes” en 3 movimientos, Allegro, Minuetto y Finale Allegro.
Finalizamos el concierto también por celebrarse el Primer Centenario de su nacimiento, con Overtura Festiva Op 96 del compositor soviético Dmitri Shostakóvich, figura fascinante cuyo nombre al menos debería ser conocido por todos los jóvenes como uno de los personajes claves de la historia y cultura de la música del siglo XX. Y que junto con Chaikovsky tenía una elevada técnica y una gran fluidez, junto con una afición a mezclar contextos e ideas cultas con elementos corrientes y menores, melodías populares, marchas baratas. Para algunos oyentes entre los que me incluyo esa ambigüedad es fascinante. Aunque cabe decir que para otros en cambio la consideran intrascendente.
La citada obra fue escrita para conmemorar el 370 Aniversario de la Revolución de Octubre con un estilo atractivo ideado para enfervorecidas masas, sencillez de los temas, pomposidad y proliferación de brillos metálicos. Mostrando en su interpretación que los componentes de la Banda de Música "Pascual Marquina" de Montilla realmente "tocamos como sentimos" y así lo supo reconocer el público asistente al que desde este blog quiero agradecer su apoyo incondicional en pro de la música en Montilla.
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